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Dawn Brower
Algunos principios son agridulces. En 1814, un joven rescata a una mujer durante una tormenta de nieve y experimenta el amor a primera vista. Pero ella está huyendo de un matrimonio arreglado con un hombre malvado. ¿Podrán superar el peligro, o su incipiente amor se desenmarañará antes de que tenga la oportunidad de echar raíces? Esta es una precuela de 'Earl en problemas'.
Amanda Siemen
Las navidades nunca han sido más siniestras…¿Tendrá Blake alguna oportunidad contra su entrometida hermana, el muérdago y la magia de la navidad? Las navidades nunca han sido más siniestras… El Conde de Edgemore, Blake Fox, hace lo que le place y ni se le pasaría por la cabeza el disculparse por ello. Su hermana es su única debilidad. Ladi Minerva. Poco sabe el sobre que, la muy pícara ,tiene por objetivo el encontrarle pareja y la navidad ofrece la oportunidad perfecta para ello. ¿Tendrá Blake alguna oportunidad contra su entrometida hermana, el muérdago y la magia de la navidad?
Emmanuelle Rain
Magdaline Spencer es una joven con una dura vida a la espalda: una madre que falleció prematuramente y un padre alcoholizado que, para pagar sus propias deudas, la vendió al mejor postor. Jessie Fitzpatrik, Jess, un ángel que renuncia a sus alas para ayudarla, llega para salvarla, aunque eso implique no volver a verla. Gracias a sus poderes psíquicos, Magda entra en contacto con Mori, un ángel que murió durante un enfrentamiento contra los demonio, y que le pide que advierta del peligro a sus compañeros de la casa de los ángeles. Los caminos de Magda y Jess se volverán a cruzar con un misterioso Chicago como telón de fondo, donde ángeles y demonios reinan, sin ser detectados, entre la población… Billy, un demonio, llega para complicar el asunto pues, encaprichado con la chica, pondrá sus vidas patas arriba. Magdaline Spencer es una joven con una dura vida a la espalda: una madre que falleció prematuramente y un padre alcoholizado que, para pagar sus propias deudas, la vendió al mejor postor. Jessie Fitzpatrik, Jess, un ángel que renuncia a sus alas para ayudarla, llega para salvarla, aunque eso implique no volver a verla. Gracias a sus poderes psíquicos, Magda entra en contacto con Mori, un ángel que murió durante un enfrentamiento contra los demonios, y que le pide que advierta del peligro a sus compañeros de la casa de los ángeles. Los caminos de Magda y Jess se volverán a cruzar con un misterioso Chicago como telón de fondo, donde ángeles y demonios reinan, sin ser detectados, entre la población… Billy, un demonio, llega para complicar el asunto pues, encaprichado con la chica, pondrá sus vidas patas arriba.
Guido Pagliarino
El autor escribió estos dos cuentos, ahora juntos, con variantes en la tercera edición, en 1994 y 1995, poco antes de que apareciera la moda de las novelas negras y policiacas italianas, Son obras basadas en las figuras de Vittorio D’Aiazzo, comisario y luego subjefe de policía, y Ranieri Velli, su ayudante y amigo, personajes que, uno u ambos, vuelven en otras obras novelas y cuentos de Guido Pagliarino: hace muy poco tiempo que ha salido de las imprentas de la editorial Genesi la última novela sobre su personaje de D’Aiazzo, la precuela «La furia de los insultados». En todas estas obras se puede advertir una atención por las psicologías y los ambientes, todos en un pasado más o menos reciente. Estaban y están destinadas a los lectores de narrativa en general que, aunque no desdeñen obras que tratan sobre delitos, no tienen gustos picantes. Por tanto, no esperéis cuentos al estilo de Raymond Chandler o James Ellroy o, quedándonos en Europa, de Manuel Vázquez Montalbán. Escribí estos dos cuentos largos en 1994 y 1995, poco antes de que apareciera la moda de las novelas negras y policiacas italianas, obras basadas en las figuras de Vittorio D’Aiazzo, comisario y luego subjefe de policía, y Ranieri Velli, su ayudante y amigo, personajes que, uno u ambos, vuelven en otras obras mías: hace muy poco tiempo que ha salido de las imprentas de la editorial Genesi la última novela sobre el personaje de D’Aiazzo, la precuela «La furia de los insultados». En estas obras siempre he prestado en primer lugar atención a las psicologías y los ambientes, todos en un pasado más o menos reciente y con algo de nostalgia por esa Turín de mi adolescencia y juventud que ya no existe. Estaban y están destinadas a los lectores de narrativa en general que, aunque no desdeñen obras que tratan sobre delitos, no tienen gustos picantes. En este libro la acción se desarrolla en un periodo todavía pre-informático, entre finales de la década de 1950 e inicios de la de 1960, en una Turín donde, en el área de Porta Palazzo y alrededores, donde transcurre la primera obra, no vivían todavía, como hoy, prácticamente solo extracomunitarios, sino ancianos piamonteses jubilados, originarios de la zona, y familias jóvenes de inmigrantes del sur; una ciudad donde arterias principales, como el Corso Vittorio Emanuele II y el Corso Regina Margherita casi veían más medios públicos de transporte que privados. Por estos últimos y por los contraviales circulaban muchas bicicletas, algunas a motor, mientras que ya se veían los primeros 600 y 500, normalmente comprados a plazos, con kilos de letras, por algún empleado que prosperaba en su carrera o que trabajaba en la reina FIAT, señora hasta hoy de Turín y alrededores. También retumbaban aquí y allá los automóviles de mayor precio, adquiridos por exponentes de la burguesía alta y media, como el FIAT 1400 y el Alfa Romeo 1900 (este usado también por la policía: la llamada pantera) o como el fantasmagórico y apropiado para los hijos jóvenes de los ricos Lancia Aurelia Sport 1200, el de la película «La escapada», que competía directamente con el Alfa Giulietta Spider 1300. Con los automóviles y las bicicletas circulaban las Vespa y Lambretta, junto a algunas motocicletas de pequeña cilindrada. Aquella era una época en la que no existían todavía el ordenador personal ni el móvil, todas las familias tenían radio, pero poquísimas televisor, en blanco y negro y solo con el canal de la RAI: pero no había publicidad, salvo el simpático y hoy en día casi mítico «Carosello». Una Turín, en suma, en la que un investigador podía trabajar casi como sus colegas de los clásicos de la novela europea negra y policiaca de los años 1920 a 1950.
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